jueves, 28 de marzo de 2013

¡HASTA SIEMPRE, MAESTRO!

Murió García Ferré, se nos fue uno de los hombres que alumbró mi infancia y permitió a mi imaginación crecer infinitamente entre sus personajes y fantasías, un hombre que supo enseñarme contenidos y valores sin pedirme nada a cambio (bueno, los tres pesos semanales que costaba la revista Anteojito no eran nada a comparación de las riquezas que ella nos permitía aprovechar a sus lectores entre sus maravillosas páginas, repletas de sabiduría). Anteojito, aquel semanario que se llevó la crisis de fines de dos mil uno, que tuvo que salir de circulación por la inoperancia de bancos y políticos, hoy llora a su padre. Ojalá que Dios o el destino permitan algún día renacer a tamaño legado y que al menos desde el otro lado, Manuel pueda ver el regreso de su querida revista a las calles de nuestro país. Hoy partió, aunque con todo lo que nos dio, nadie puede negar que hombres como él no mueren; hoy más que nunca lo podemos decir. Es un día triste porque se nos fue alguien que queríamos, pero es más triste aún porque tenemos que llorar su muerte sin la revista Anteojito. Porque fuiste uno de nuestros primeros maestros, porque muchos nos introdujimos en el maravilloso mundo de la lectura gracias a tu revista, porque acompañaste nuestro desarrollo intelectual y personal como un verdadero instructor, los niños de ayer en todo el mundo te decimos gracias; gracias, maestro Manuel García Ferré.