lunes, 22 de junio de 2009

CENTRAL EN SU HORA MÁS HUMILLANTE.

Es la sensación de estar desnudo en medio de un parque, el sentimiento de caer en un pozo cavado por uno mismo. Ignominia, infamia, oprobio… se puede llamar de muchas maneras y lo peor es que a esta altura eso ya a nadie le importa. Lo cierto es que el promedio acaba de condenar a Rosario Central, y para seguir en primera deberá medirse mano a mano por la promoción contra un equipo de la “B”.
Lo más probable es que el conjunto auriazúl se salve finalmente del descenso, pero la vergüenza de haber jugado la promoción persistirá por mucho tiempo en sus hinchas, y así será recordado también por los simpatizantes de Newell’s que ayer a la tarde festejaron en la ciudad como si se tratase de un campeonato más de su institución.
Ya se sabe el rival, será Belgrano de Córdoba. El primer partido será en la provincia mediterránea, y la vuelta en Arroyito. Central deberá jugar su lugar en la primera división frente a un equipo que ni siquiera cuenta con hinchas 100 % propios, ya que los piratas suelen compartir su simpatía con equipos de Buenos Aires (River y Boca especialmente).
Este es el panorama de uno de los grandes de la Argentina. Así está Central; por un lado planea construir una tercer bandeja en el estadio para adecuarlo a partidos internacionales… y por el otro está a cuatro puntos de descender de categoría. El desastre institucional en el que se vio acoplado en los últimos años llegó finalmente a su punto límite y la cosa puede ser más de fondo aún si no logra mantener la categoría.
De las 70 temporadas que el Canalla lleva afiliado a AFA, sólo jugó 3 en la Segunda División. Las pésimas dirigencias de los últimos años ponen en riesgo el prestigio con esfuerzo conseguido y amenazan con hacer historia.

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